Guillermo Valencia Salgado (Compae Goyo)
Nació en El Sabanal (Montería) en 1927. Abogado egresado de la Universidad Libre de Colombia (Bogotá). Doctor Honoris Causa en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Córdoba. Profesor Excelencia de Montería. Hizo estudios de Antropología en la Universidad Nacional (Bogotá). Arte Dramático y Pantomima con Troncoso (Bogotá). Escultura con Pedro Ángel (Cartagena). Estudios de Folclor con Delia Zapata Olivella (Bogotá). Arte y Declamación con Bernardo Romero Lozano (Bogotá). Realizó las siguientes investigaciones sobre el folclor: Ensayo sobre el Porro Sinuano; creación del personaje campesino Compae Goyo; estudio sobre la Organología Sinuana; zonificación del folclor de la Costa Atlántica; mapa cultural de Córdoba; mosaico de escritores de Córdoba; rescate de juegos, rondas y cantos infantiles. Es autor de las obras escultóricas: Onomá, La Cumbia, El Boga, Bustos de don Jaime Exbrayat, Antonio Nariño, Elías Bechara y Victoriano Valencia Villegas.
Escribió las obras teatrales:
- “Maluco el bejuco”
- “El Gritón”
- “La Piqueria”
- “Velorio campesino”
- “Tío Conejo Zapatero”
- “El Brujo de Morindó”
- “El Cajón”
- “Qué vaina, dijo moncholo”.
Libros publicados:
- “El Sinú y otros cantos” (1980)
- “Murrucucú” (1982, 1996)
- “Córdoba, su gente y su folclor” (1987, 1990, 1994)
- “Poemas – Tizones en Tierra” (1990).
Libros inéditos:
- “Mis abuelos, los Zenúes”
- “Rondas y juegos infantiles”
- “El brujo de El Sabanal”.
Compuso porros como Urrá, Homenaje al Maestro, La Perra Negra, Mi Vieja Montería. Es creador del aire musical el Sinuanito. Entre otros tenemos: Bodas de Plata, Luna de Mocarí, Mi Palmar, El Pájaro Mayero, Camino de Ayapel, Tío Conejo, El Vaquero, Casaval y Mi Niño, y fandangos como Compae José Manuel, El Parrandero y otros. Realizó innumerables actividades culturales. Fue miembro de la Delegación de Artistas Populares en Panamá (1982). Dictó una conferencia titulada: “Los Zenúes y su Cultura”, en el Museo de Oro en Cartagena (1984). Jurado en el Festival de Bandas de Paipa (1983) y ponente en el Segundo Foro de la Cultura del Caribe, en Cartagena (1985). Entre los cargos desempeñados están: Juez Promiscuo Municipal (Montería, Tierralta y Ayapel); profesor de Arte y Música en el Instituto Simón Araujo de Sincelejo; profesor de la Universidad de Córdoba; director de la Casa de la Cultura de Montería; profesor de Español en el INEM de Montería; miembro de la Academia de Historia de Montería; miembro del Centro de Investigaciones José María Córdoba y miembro del Grupo de Arte y Literatura El Túnel, de Montería. Durante su trayectoria creativa y artística, fue galardonado muchas veces:
- Segundo Premio Concurso Mundial de Poesía (Praga – Checoslovaquia, 1958)
- Primer Premio Concurso del Porro Sinuano, con la obra Bodas de Plata (Montería-1977).
- Trofeo El Flautista Uyumbe, concedido por la Escuela Popular de Arte de Medellín (1980).
- Condecoraciones por su trabajo, en Valledupar (1979); Medellín (1980); Universidad de Córdoba (1983 y 1999) y el INEM de Montería (1984).
- Murió en Montería el 29 de diciembre de 1999.o de El Sabanal”.
Uno de sus libros “El Sinú y otros cantos” (1980)
Poemas del libro:
El Sinú
Mi vieja Montería
La cumbia
María Varilla
Ño Jose Pérez
Campesino
Julia León
Emeterio Suárez
La paloma guarumera
Amores campesinos
Velorio campesino
MARÍA VARILLA
¡Mararía! Llegó María...
¡Ya llegó María Varilla!
Ahora sí que canta el cielo
con el garbo de mi pueblo.
Ahora sí que los porreros,
al azuzar su cintura,
regando esperma en el suelo
morirán de calentura.
¡María! Llegó, María...
¡Ya llegó, María Varilla!
Morena como la cumbia
porque en su cuerpo nació
una palmera cimbreante
llena de ritmo y de sol.
Nunca empezaba la fiesta
sin que empezara su voz,
muchedumbre aglutinada
bajo el alma del tambor.
Mulata que más que hembra
era la sensualidad,
corpiño temblando solo
bajo el són en tempestad.
Los negros morían por ella,
los blancos se empobrecían
y los indios con sus millos
sus amores le decían.
Y la reina del fandango
siempre hembra en las cumbiambas,
era un cristal que de canto
en las noches se clavaba.
¡Baila, María! ¡Baila!
¡Qué triste está mi fandango!
Ya los marcantes trajeron
un montón de ritmos viejos
que aprendieron en las fiestas
de nuestros abuelos negros.
Copiaron los platilleros
El tremular de tus senos.
Calambre tiene el bombero
de tanto mirar tus nalgas,
y el pantalón se te marca
en un escorzo de fuego.
Toditos los pelayeros
heridos de amor te piden
que bailes un porro viejo
con la bozá de Ramírez.
¡Baila, María! ¡Baila!
Que el fandango es para ti.
No te olvides que en la danza
ya es un grito tus caderas;
y en tu grupa vibradora,
hay un pájaro, María,
que grita y se desespera.
Mira tú que los pabilos
son estrellas desertadas
que para bailar contigo
se quedaron en las velas.
No olvides que el mundo entero
se ha movido para verte.
Por ti se mueren los negros,
se arruinan por ti los blancos,
y lo indios con sus millos
sólo tocan para ti.
¡Baila, María, baila!
Que te azuzaron los perros
los músicos de mi tierra.
¡Baila! ¡Baila! ¡Baila! ¡Baila!
Que ya se rompió la noche
sobre tus anchas caderas,
y los astros de las velas
se van con los cien cantares
que enseñaron las abuelas.
A principios de septiembre de 1999, mientras
limpiaba una mata de plátano en su casa-finca de Mocarí, a las diez de la
mañana, Guillermo Valencia Salgado sintió ganas de esputar. Tosió y desgarró.
Escupió unas hilazas de flema teñidas de color rojo. Aún con el machete en la
mano, él se quedó mirándolas y entonces no tuvo dudas: era sangre. Hace rato lo
temía. Hace mucho rato. Desde que le empezaron, con sospechosa frecuencia, los
dolores en la garganta y las peladuras en el cielo de la boca. A los pocos
segundos, dado a la medicina como era, aventuró un diagnóstico: era
tuberculosis. Lo lastimó esa posibilidad. Recordó que esa era una enfermedad
vencida por la alimentación y por la ciencia. De entrada se dijo que sería una
verdadera tristeza tener que apartarse de los nietos, pues él era escrupuloso,
y, precisamente, se cuidaba de contaminar a sus semejantes. Cualquier gripa lo
aislaba y solo volvía a tener contacto cuando se creía recuperado.
rrosi esta muy bien tu blog ,. es un gran homenaje a este famoso escritor
ResponderEliminarte felicito por este homenaje a nuestro cordoses muy lindo tu blog
ResponderEliminaresta muy bien Rossana. felicidades!!
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